eForum quiere poner voz a las problemáticas del contexto global, enmarcado por las tensiones ambientales
El cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Estos cambios pueden ser naturales, debido a variaciones en la actividad solar o erupciones volcánicas grandes. Pero desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas». Esta es la definición textual que las Naciones Unidas (UN en sus siglas en inglés), publican en su apartado de ciencia. No obstante, el ser humano también lleva años adoptando medidas para regenerar lo perdido, luchar por lo que hay y proteger el futuro.
La Tierra en equilibrio. Desafíos y soluciones para un planeta vivo es el título de la primera sesión de eForum en Es Baluard y se centra precisamente en la Tierra, en sus grandes desafíos y en las soluciones más relevantes y funcionales. Una retahíla de debates y mesas redondas, dirigidos por ponentes tan relevantes como el meteorólogo Mario Picazo, o el doctor en Geografía de la UIB, Enrique Morán, sacarán a la luz numerosos prismas de un tema en común, el cambio climático. Se tratarán temas como la capacidad de las energías renovables y los avances en sostenibilidad como fuente de soluciones.
eForum quiere poner voz sobre las problemáticas del contexto global en el que nos encontramos y que está enmarcado por las tensiones ambientales y la encrucijada energética. El concepto de ‘metamorfosis’ también estará presente en esta jornada; se trata de la habilidad que tiene el ser humano de cambiar, de reconvertir los desafíos en nuevas oportunidades, desde las cualidades de la reflexión y autocrítica y la creatividad, que son clave para dar con la meta.

Uno de los principales problemas sobre los que hay que poner el foco de atención son los Gases de Efecto Invernadero (GEI); estos tienen un efecto manta que envuelve a la Tierra conteniendo en ella todo el calor emitido por el Sol. Los GEI están provocados principalmente por la combustión de los combustibles fósiles. Son sobre todo el dióxido de carbono y el metano, los responsables, por parte de los seres humanos, de esta aceleración del cambio climático: conducir un vehículo o calentar un edificio son algunas de las acciones que liberan estos gases; sectores como «la energía, la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y el uso del suelo se encuentran entre los principales emisores», afirma la UN. Es por ello que invertir en energías renovables, sostenibles y verdes es una prioridad.
La forma en la que afecta el cambio climático
La salud es la principal virtud que se puede ver afectada por el cambio climático, pero no es la única, el trabajo, la comida o la forma en la que vivimos también corren riesgo de amenaza. Más enfermedades, mayor aumento del nivel del mar, profundas y persistentes sequías, riesgos de hambruna... Son solo algunos ejemplos.
Además, la UN habla incluso de «refugiados climáticos», un concepto que existe y que se prevé vaya en aumento. Ayuda en Acción, National Geografic o Acnur definen este concepto como: ‘Refugiados climáticos son personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares por los efectos del cambio climático». Pero el término está más vinculado al uso en los medios de comunicación que en términos legales, con lo que no contarían con el amparo necesario para su protección por la condición de ‘refugiados’, aunque sí estas onegés y otras ofrecen asesoramiento legal para estas personas.
Grandes sequías, devastadoras inundaciones o fenómenos extremos como los recientes incendios forestales de Los Ángeles están generando refugiados climáticos.

Soluciones como beneficios
Desde que se empezara a hablar de cambio climático hace más de 300 años, la situación no se ha logrado revertir, todo lo contrario, el envejecimiento del planeta ha ido en detrimento a una velocidad abrumadora. Y aunque todo lo que acontece a la salud de la Tierra es un gran reto, lo cierto es que ya se conocen muchas soluciones, y muchas de ellas llevan años intentando postergar dicho declive ambiental.
Las soluciones, como bien dice las UN, además de esa vertiente de arreglar un problema, pueden aportar enormes beneficios como la mejora de la calidad de vida, beneficios económicos, etc. Para ellos, diversos marcos y acuerdos de carácter global son los encargados de «guiar el proceso». Ejemplo de ello son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París. Todos ellos se centran en la reducción de emisiones, resiliencia ante impactos climáticos y financiación de las medidas necesarias, desde distintos ámbitos.
El acuerdo, cada vez más numeroso en países adheridos, les compromete a alcanzar las emisiones cero para 2050, «alrededor de la mitad de los recortes en las emisiones deben producirse antes de 2030 para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 °C». Para lograr esto es importante aplicar grandes reducciones en el uso de materias como el carbón, el petróleo o el gas. Se deberán rebajar más de dos tercios la «extracción de las reservas actuales confirmadas de combustibles fósiles».