May López. | R.L.
May López es la directora de Desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible, foro de organizaciones que apuestan por impulsar una movilidad sostenible. López participará en las jornadas del eForum Mallorca Experience 2024 (19 y 20 de junio en Es Baluard Museu) con la ponencia El impacto de la movilidad en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en la mesa redonda sobre Liderazgo corporativo y desarrollo urbano sostenible .
En las ciudades, ¿cómo abordar la movilidad sostenible en unos núcleos urbanos que no fueron diseñados para el tráfico actual? Ni siquiera los ensanches fueron diseñados para ello.
— La movilidad tiene que adaptarse a todo tipo de entornos y nos encontramos con un tráfico general y una distribución de mercancías que no dejan de crecer. Las ciudades son las mayores consumidoras de energía. El 30 % de las emisiones de CO2 en España corresponde al transporte. La mala calidad del aire es la responsable de 30.000 muertes prematuras en España y de 400.000 en Europa. El transporte es el responsable del 40 % de la presencia en el aire de óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión. Una herramienta para luchar contra todo ello es la declaración de Zonas de Bajas Emisiones –ZBE–, que a finales de este año será obligatoria para un mínimo de 151 municipios en España: los de más de 50.000 habitantes y los de más de 20.000 con mala calidad del aire. No olvidemos que las ZBE también se refieren a la contaminación acústica.
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¿En qué consiste realmente una declaración de ZBE?
— En limitar el acceso de vehículos contaminantes, la creación de carriles bici y facilitar su uso, habilitar aparcamientos disuasorios, establecer redes de transporte público de bajas emisiones, crear sistemas de vehículos compartidos... Y todo ello hay que medirlo y monitorizarlo. Lo dice el real decreto que regula las ZBE. Los ciudadanos podrán acceder a la información sobre qué aire respiramos o qué ocupación tiene el transporte público, entre otros muchos aspectos. Estos indicadores pueden servirnos para elegir una vivienda o valorar un puesto de trabajo o un colegio. Y lo que es muy importante: podremos comparar los datos de un año apara otro, por lo que nos permitirán valorar la gestión de los responsables municipales. Es curioso, pero si del grifo sale agua marrón, nos preocupa; en cambio, con el aire no ocurre lo mismo, aunque podamos percibir y también medir que está contaminado.
Supongo que la innovación tecnológica ayuda.
— Sin duda. Un ejemplo. La digitalización puede servir para optimizar las rutas escolares con medidas relativamente sencillas, eficaces y de rápido retorno. Una ruta escolar optimizada y segura, en la que los niños puedan ir al colegio a pie o en bici, aporta calidad de vida reduce la siniestralidad y facilita que niños solos o con sus padres puedan ir en grupos, lo que favorece la socialización. Todo ello será mucho mejor que el lamentable espectáculo de una multitud de coches en doble fila frente al colegio.
En cualquier caso, el transporte público es fundamental.
— Es la prioridad frente a cualquier otra solución. Algunas ciudades ya están implantando el bus rapid, sistema en el que el bus y el semáforo están interconectados. Cuando el bus se acerca a su semáforo, éste se pone en verde. Por otra parte, la Ley de Movilidad Sostenible establece que las empresas de más de 500 empleados o 250 por turno deben crear planes de movilidad en el trabajo a través de medidas como el vehículo compartido o alternativas y combinaciones de intermodalidad en el transporte. Además, las empresas, muchas ya lo hacen, tienen la opción del teletrabajo, que fideliza a los empleados, ahorra costes, evita accidentes, contribuye a la calidad del aire, facilita la conciliación y se gana tiempo. Al menos, que se tenga la opción del teletrabajo y elegir la más eficiente.
Existe el concepto de ‘la ciudad de los 15 minutos’.
— Sí, es la teoría creada por Carlos Moreno y que sirvió para que Ana Hidalgo fuese elegida alcaldesa de París. Es la teoría que propone que todos los servicios necesarios para un residente estén cubiertos en un radio de 15 minutos. La teoría se ha replicado en ciudades como Barcelona o Milán, aunque nos encontramos con el problema de los núcleos urbanos muy turísticos, donde muchos servicios necesarios desaparecen para transformarse en servicios orientados exclusivamente a los visitantes. Y resulta que esta presión turística ya no se enfoca únicamente en los centros históricos, sino que se extiende a otros barrios más periféricos. Los barrios deben tener vida, y una vida que sea heterogénea, donde los residentes tengan cerca su servicio sanitario o educativo, o sus tiendas de alimentación o ropa. Lo contrario resta valor local, funciona a base de salarios bajos y se carga el comercio de proximidad, así como la relación entre los vecinos.
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¿Qué hacemos con el transporte aéreo y marítimo? ¿En qué situación nos encontramos, teniendo en cuenta que en Balears dependemos de ellos?
— El avión contamina ocho veces más que el transporte terrestre y, como se puede suponer, infinitamente más que un tren eléctrico. La verdad es que no podemos descarbonizar todo el transporte de golpe, pero los puertos y aeropuertos tienen que ser neutros en carbono. En la aviación ya se están probando combustibles sintéticos en vuelos de corto alcance, que en cualquier caso son mucho mejores que el queroseno. Y en el transporte marítimo también se están probando combustibles alternativos. Existe la opción de utilizar motores eléctricos auxiliares a una distancia superior a una milla del puerto de destino. Así, esa distancia se recorre con cero emisiones, beneficiando a la ciudad.