Melchor Mascaró propone las mejores ideas sostenibles aplicadas a todos los ámbitos

La empresa mallorquina Melchor Mascaró es una de las firmas de referencia en construcción y gestión medioambiental. En 2010 creó su Departamento de Gestión Integral, uniendo para ello dos departamentos previos, Calidad y Medio Ambiente, y Prevención. Con este paso la empresa se implicó en los campos de la gestión ética y la responsabilidad social.

El mecanismo para lograr la máxima calidad en estos aspectos han sido siempre las certificaciones de calidad, en las que Melchor Mascaró ha sido puntera, no solo en las Illes, sino a nivel nacional. «Esta línea de actuación se emprendió en primer lugar por convencimiento, pero también como un elemento de competitividad», afirma Pep Lluis Cobos, director de Gestión Integral de la empresa manacorina.

La primera de estas certificaciones fue la de Calidad ISO 9001, obtenida ya en el año 2000. En 2004 se logró la de Medio Ambiente ISO 14001 y en 2005, siendo verdaderos pioneros, la de Seguridad y Salud Laboral ISO 45001, situándose entre las primeras 14 empresas de todo el Estado en lograrla. Como entidad posee un gran ámbito de actividad, que engloba tanto la construcción como la recogida de residuos (con implantación en 31 de los 52 municipios de Mallorca), la jardinería o la gestión de depuradoras. «Todos estos temas están muy vinculados a la sostenibilidad, lo que nos llevó a lograr también en 2010, la certificación de Sistema de Gestión Ética y Responsabilidad Social. Un paso natural fue unirse también al Pacto Mundial de las Naciones Unidas, en el que se empezaban a gestar los objetivos de desarrollo sostenible» afirma Cobos, expresando así su más alto compromiso con estas directrices.

El trabajo de Melchor Mascaró en estos campos ha seguido avanzando y uno de los últimos logros es el desarrollo de un Sistema de Gestión de Empresa Saludable, que, entre otros objetivos, asegura la óptima continuidad en la empresa de los trabajadores más veteranos. Se han puesto en marcha dos programas para velar por la buena salud de los empleados, uno orientado a la actividad física y otro a la correcta alimentación.

La sostenibilidad ambiental ha sido uno de los principales objetivos en los últimos años, con proyectos de reutilización de materiales en obras que han supuesto entre un 40 y un 60 % de disminución de la huella de carbono, con trabajos tan emblemáticos como los del puerto de Cala Rajada, donde se redujo la cantidad de hormigón inicialmente prevista en un 60 %, añadiendo además a este material un aditivo que favorece la proliferación de la vida marina. «La función de nuestro departamento es en cierta manera holística, transversal a todas las actividades de la empresa», asegura Cobos.

«Cuando hablamos de sostenibilidad la entendemos como ambiental, pero muchas veces se nos olvida la sostenibilidad social y económica. Son tres aspectos que deben ir unidos: si tenemos una actividad más ecológica, más segura para las personas y más rentable, estamos llegando realmente a la sostenibilidad». La parte social es más difícil de identificar, según Cobos, ya que mientras algunas medidas van en beneficio del medio ambiente, no se suele tener en cuenta el impacto en los trabajadores en forma, por ejemplo, de carga de trabajo. «Hay cosas que tienen un buen impacto ambiental, como el gran incremento en la recogida selectiva de residuos, pero no es fácil advertir cómo eleva el requerimiento físico para los operarios», puntualiza Cobos. «Eso se tiene que tener muy en cuenta en la prevención de riesgos laborales. En definitiva hay que ver como aunamos los avances medioambientales con otros conceptos también importantes».

Esa es precisamente la función del departamento de Gestión Integral, tener muy presente todo lo que se debe hacer por la sostenibilidad ambiental, pero examinar cómo afectan a otros apartados.
A la hora de trabajar en prácticas medioambientales, surgen algunos problemas con los que también hay que saber lidiar. «Tenemos al respecto normativas europeas, estatales, autonómicas, insulares y municipales, y compaginar todas no siempre es fácil. Las administraciones van en muchas ocasiones a remolque de la realidad, son muchas y no siempre se coordinan correctamente o tienen visiones distintas».

El escenario de la sostenibilidad se transforma muy rápidamente y tanto responsables públicos como empresas han de esforzarse en tener criterios claros sobre cómo se ha de actuar y hacia donde se tiene que ir. Este marco cambiante condiciona la actividad de Melchor Mascaró y de su área de Gestión Integral: «Por un lado tenemos que asesorar, guiar y supervisar nuestra actividad, pero también identificar hacia donde se dirige la sociedad», asegura. Este seguimiento tiene también una doble vertiente, ya que al margen de seguir las premisas, se ha de intentar ayudar a la sociedad a alcanzar sus objetivos creando estrategias originales, punteras y que marquen esa misma tendencia, y eso es algo en lo que la empresa se distingue especialmente.

Cada proyecto puede encontrar unos requisitos de certificación bajo distintos criterios y Melchor Mascaró, en su voluntad por alcanzar siempre la excelencia, realiza esfuerzos de adecuación no solo propio, sino también orientado hacia su cadena de suministros: «Gracias a un trabajo de años hemos creado una red de subcontratistas que cumplen con todos los requisitos necesarios. Se ha creado una especie de efecto cascada, donde desde una gran empresa se inculca una forma de proceder que va transmitiéndose a lo largo de todos los implicados en la actividad».

La empresa marca el rumbo a la vanguardia de los cambios sociales y las nuevas realidades. «Todo el mundo tiene ya muy clara desde hace décadas la necesidad de las normativas de riesgos laborales, por ejemplo. La sostenibilidad, entendida como algo transversal que afecta al medio ambiente, a lo social y lo económico, será entendida de la misma forma, pero será un camino que requerirá toda nuestra dedicación».