La agricultura regenerativa es una de las ER que mayor aporte de beneficios logra | image: rawpixel.com / Wan

Economía es un «Conjunto de bienes y actividades que integran la riqueza de una colectividad o un individuo». Mientras que el concepto ‘regenerativa’, significa: «Que regenera. Dar nuevo ser a algo que degeneró, restablecerlo o mejorarlo». Pero ¿qué ocurre al unir estas dos definiciones establecidas por la Real Academia de la Lengua Española (RAE)? Ocurre que ‘la unión hace la fuerza’.

La economía regenerativa es aquella que es capaz de sanar un sistema o un producto, devolverle su estado original restaurándolo y mejorándolo. La economía regenerativa, que tiene su fundamento en los principios de la regeneración y la restauración, es uno de esos conceptos de los que se podría decir que están de moda, pero lo cierto es que está vinculado al de economía circular, que se empezó a usar con la llegada del nuevo milenio, hace ya 25 años, acuñado por el arquitecto estadounidense William McDonough y por el químico alemán Michael Braungart en su libro Cradle to Cradle, 2005 (De la cuna a la cuna).

emallorca experience economia regenerativa
Numeroso factores entran en juego en este desafío.

La economía regenerativa es complementaria a la circular, incluso hay economistas que indican que la primera engloba a la segunda. Sea como sea, la diferencia entre ambas está en el grado en el que afectan a su entorno. La circular, como su propio nombre indica, quiere cerrar un círculo de la vida de un producto, y en este viaje el objetivo es generar el mínimo de ruido: menos residuos, menos contaminación y dejar atrás el concepto lineal que supone ‘consumir y desechar’ y pasar al circular reutilizando, reciclando o reusando. Por su parte, la regenerativa busca dejar huella de forma más holística, regenerando, reconstruyendo, restaurando e, incluso, mejorando los sistemas o productos. En definitiva, ambos conceptos son potentes herramientas para afrontar los retos tanto económicos como medioambientales, siendo la economía regenerativa más amplia en sus miras.

Los principales objetivos que se persiguen son mejorar globalmente, disminuyendo las desigualdades económicas, abordando la crisis climática o la pérdida de biodiversidad, entre otros. Para lograr esto de una forma amplia y verdaderamente reconstituyente, esta economía se basa en varios conceptos clave que la ayudan en el proceso. Por un lado, la sostenibilidad a largo plazo teniendo en cuenta que los recursos naturales son limitados y, en ocasiones, escasos, por lo que su uso debe estar justificado y tener en consideración, para que se pueda dar un uso de ellos a largo plazo. Se trata de una idea que pone de relieve el papel protagonista de las empresas y gobiernos y que a su vez se conecta directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Como también se conectan con otra característica clave de la (ER) que es reducir la huella negativa del ser humano en el medio ambiente para transformarla en una huella que genere impacto ambiental positivo. Porque no se trata únicamente de reducir, si no de generar activos provechosos.

La resiliencia es otro aspecto fundamental que nos exige el actual siglo XXI, lo exigen en todos los sectores, laboral, educativo, sanitario,... Cuánto más en el económico. La capacidad de adaptación al cambio de una forma rápida y efectiva es fundamental para lograr una resiliencia que consiga el cambio, el camino para la mejora. Finalmente, es importante que las comunidades y las sociedades compartan los mismos objetivos que la economía regenerativa, compartiendo así un mismo valor, una misma meta. Si los intereses de las empresas son los mismos que los de la comunidad donde opera, los beneficios serán más positivos e interesantes. Además de todo ello, esta economía debe ir en línea con los conceptos de equidad, inclusividad o justicia, entre otros.

Uno de los sectores de los que más se habla en relación a la Economía Regenerativa es la agricultura, conocida también como agricultura regenerativa. Consiste en darle a la tierra el valor que tiene, protegiéndola y exigiéndole solo aquello que es capaz de dar, sin explotarla ni perjudicarla con toxicidas. Se vincula con una nutrición y alimentación más sostenible regenerando y fortaleciendo la biodiversidad y la fertilidad de los campos. Una nueva visión que se vale de la innovación y de los conocimientos actuales en ciencia y tecnología para extraer de su función lo mejor respetando el hábitat.

El turismo sostenible como regenerador económico para Balears

En la cuarta sesión de eForum se pondrá sobre la mesa el impacto positivo que puede aportar el turismo desde la perspectiva del Modelo regenerativo. Para lograrlo se hablará sobre el interés de redefinir el sector desde una mayor conciencia ecológica que derive en prácticas responsables, especialmente en los lugares donde la presión turística es mayor, como ocurre en las Illes Balears. Todo esto no solo está presente en las ponencias de esta cuarta sesión, si no que es un debate que está en la calle, que preocupa tanto a los ciudadanos como a la industria turística.

La clave parece residir en el equilibrio. Equilibrio entre los destinos que desean crecer económicamente y, a la vez, proteger sus recursos naturales, su esencia cultural y la relación entre turistas y residentes.

Más allá de pensar en el turismo como ecológico, verde o solo sostenible, que busca reducir o neutralizar su impacto medioambiental, la apuesta por el turismo regenerativo va mucho más allá, porque busca llegar más profundamente a donde puede causar daño para regenerarlo, y en el camino implantar herramientas que en el futuro no solo no perjudiquen si no que aporten beneficios. En las Islas hace tiempo que la economía circular y, por ende, el turismo circular avanzan firme por nuestras tierras, y sin duda estos abrieron las puertas al turismo regenerativo, con el que Balears tiene mucho que ganar. Queda atrás el turismo de cantidad para pasar a un turismo de calidad que complemente y enriquezca al archipiélago con fórmulas de respeto, cuidado y mejora.

Para que sea verdaderamente efectivo, este tipo de turismo debe basarse en una serie de principios sin los cuales se hará difícil su aplicación. Por un lado, los ciudadanos y ciudadanas de la localidad, así como sus respectivos gobiernos, deben colaborar y participar activamente en la planificación turística de su municipio. No verse al margen si no formar parte de ella para poder aportar nuevas ideas de mejora que satisfagan a la mayor parte de las personas. Una colaboración que garantice una comunicación fluida entre localidad y turismo. Continuamos con otro factor indispensable, la restauración del entorno. Parte de las ganancias generadas por este sector deberían ir a parar a la conservación arquitectónica del municipio, a la preservación de sus recursos culturales y a la protección y restauración de su entorno natural. De igual forma, los beneficios generados también deben revertir positivamente en mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Una mejora desde distintos ámbitos: social, laboral, económico,...

Además, cabe destacar el aspecto de la visión del valor cultural y patrimonial, en definitiva turístico, que adquiere una localidad cuando es visitada. Cuando un turista nos visita se lleva consigo una serie de experiencias que transmitirá a otras personas. No cabe duda que las redes sociales, como en casi todo, tienen un papel importante en este proceso comunicacional. Y si estas experiencias se dan desde la concienciación y la educación de entender el valor y la importancia de respetar y proteger la cultura local, la historia, etcétera, a buen seguro se transformará en la visita de nuevos turistas que focalicen estas ideas.

Finalmente, no se puede hablar de turismo regenerativo si no se va a la raíz de lo que representa el turismo sostenible, eco o verde del que se hablaba al principio, porque minimizar el impacto es, también sin duda, de gran importancia.